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11 de mayo de 2018

Cambio de hora: ¿Qué recomiendan los especialistas del Hospital San Pablo?

Descubre en qué afecta el cambio de horario a niños y adultos respecto a los ciclos del sueño y con qué medidas podemos contrarrestar sus efectos.

Este sábado 12 de mayo, cuando sea medioanoche, habrá que retrasar los relojes una hora. Pasaremos entonces del horario de verano al de invierno, lo cual en términos sencillos hará que amanezca antes y se oscurezca más temprano en casi todo el país (a excepción de la Isla de Pascua y  la Región de Magallanes).

Esta medida, que rige por decreto bajo la dirección del Gobierno anterior, persigue aprovechar mejor la luz del día con el fin de ahorrar energía. Sin embargo para los especialistas médicos, no resulta la política más conveniente en relación a la salud de las personas.

“Esto se usa como una medida de ahorro energético a cargo del Ministerio de Energía. Sin embargo las consecuencias biológicas, son bastante importantes y poco abordadas, ya que siempre se han privilegiado los factores socioeconómicos, pero no se ha abordado el punto de vista médico”, dice el Dr. Fernando Molt, Neurólogo y Jefe de la Unidad del Sueño del Hospital San Pablo de Coquimbo.

Según el facultativo, este sábado técnicamente pasaremos del Tiempo Universal coordinado (UTC) -3 al UTC -4, mientras que a Chile por su ubicación le correspondería el huso horario -5. Es decir, que recién vamos a estar más cercanos a lo que realmente fisiológicamente deberíamos estar. Sin embargo, estas transiciones atraen costos no menores para el reloj biológico de las personas.

“El estar haciendo cambios en estos ciclos va a acarrear que probablemente no durmamos bien y en los días posteriores estemos con mucho sueño durante el día, poca concentración, o muy cansados durante las tardes”, comenta el Dr. Molt agregando que “gran parte de la memoria a mediano y largo plazo se termina de fijar en el sueño. Por lo tanto si tenemos fases de sueño poco reparadoras, la memoria no va a estar bien. Esto resulta primordial en niños y adultos mayores, que son mucho más sensibles a estos cambios”.

Para la Dra. Macarena Franco, Neuróloga Infantil de la Unidad de Neurofísiología del Hospital San Pablo, resulta clave ir acostumbrando a los niños ya que estos cambios de huso horario podrían repercutir en su salud y vida cotidiana. “Se podrían despertar más en la madrugada, por lo tanto van a estar más irritables y hasta pueden alterar su patrón de alimentación y su conducta en el colegio”.

La especialista agrega que, una semana antes del cambio de hora, se pueden contrarrestar estos efectos adversos acostando a los niños 15 minutos antes y despertándolos 15 minutos antes en las mañanas para ir simulando este nuevo horario. Aunque si lo que se quiere es generar una verdadera cultura del sueño, hay que hacer un trabajo desde mucho antes.

“Varios adultos tienen el problema de que sus hijos se acuestan tarde. Para educar esa conducta, no hay que dejar que los niños duerman siestas después de los 4 años. La idea es que se duerman lo más temprano posible, para que duerman la noche de corrido y no se despierten. No es lo mismo la calidad del sueño de la noche, que el de la siesta. El de la siesta es un sueño lento, que no tiene los beneficios fisiológicos que se adquieren del sueño REM que se adquiere en la madrugada, el cual secreta la hormona del sueño, consolida la memoria, empareja tu inmunidad y regula tus hormonas de la saciedad y el hambre”, apunta la Dra. Franco.

Recomendaciones generales

-Ambos especialistas del Hospital San Pablo de Coquimbo concuerdan que, al menos tres días antes del cambio de hora, hay que acostarse 15 o 20 minutos más temprano. Eso sí, también entregan algunas medidas extra que ayudarán a las personas a acoplarse mejor al nuevo reloj:

-Evitar aparatos electrónicos o elementos lumínicos que estimulen demasiado al cerebro en las noches.

-Evitar las siestas luego del cambio de hora. Así el cuerpo se acostumbra más rápido al nuevo ciclo de sueño.

-Evitar el consumo de bebidas energizantes, café o alcohol cerca de la hora de ir a dormir.

-Practicar ejercicios de relajación o meditación.

-Comer mínimo dos o 3 horas antes de acostarse y evitar que las comidas sean ricas en grasas, carbohidratos o azúcares.

Hoy, tanto el Dr. Molt como la Dra. Franco, trabajan también en  la Sociedad Chilena de Medicina del Sueño (SOCHIMES), donde están elaborando una propuesta para fijar el huso horario nacional en el UTC -4. Habrá que esperar hasta agosto del 2018 para ver las nuevas resoluciones que saldrán al respecto, ya que este es el último año en que rige el Decreto del Gobierno anterior, por lo que el llamado “horario de verano” podría desaparecer por siempre de estas latitudes.