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10 de agosto de 2020

Profesionales del Hospital de Coquimbo entregan consejos de autocuidado en tiempos de cuarentena

Por estos días cuando el tener prácticas conscientes que nos permitan cuidar nuestra salud y proteger nuestro bienestar se han hecho fundamental, el autocuidado es el concepto base para llevar a cabo estas acciones.

Existen muchas estrategias para que la población, en toda la extensión de su ciclo vital, adopte actitudes tendientes a cuidar de sí mismo. En este sentido, diversos profesionales del Hospital San Pablo de Coquimbo, señalan que las personas tienen recursos naturales para enfrentarse a los problemas y, es por ello, que es importante promover el uso de sus propias estrategias positivas que cuiden y protejan la salud mental y física, evitando aquellas actividades que pudieran afectarla.

Daniela Galeno, nutricionista del Servicio de Alimentación del Hospital San Pablo, señala que de acuerdo a la contingencia actual que estamos viviendo como país, se recomienda mejorar nuestro sistema inmune por medio de la ingesta de diversos nutrientes, tales como, probióticos, vitamina C, A, E, D y Zinc. Asimismo, entrega alguna recomendaciones para poder generar hábitos que contribuyan a nuestro autocuidado “es muy importante que las personas, durante todo su ciclo vital, adopten hábitos como desayunar todos los días y mantener horarios de alimentación. Al momento de asistir al supermercado, recuerda organizar tu alimentación, la que siempre debe estar basada en productos saludables para lo cual es importante revisar los sellos de alimentos. Por otra parte, también es importante que nos mantengamos activos durante el día, lo que puedes hacer integrando al grupo familiar en actividades recreativas”, recomendó la nutricionista Galeno.

El contexto sanitario que estamos enfrentando ha dado paso también a que las personas se encuentren intranquilas o incluso muy angustiadas frente a la incertidumbre que nos rodea. Pueden sentirse confundidas o sobrepasadas por los acontecimientos, y pueden presentar reacciones físicas como manifestación de su estado emocional. Ante esto, Nicolás Guerra, psicólogo clínico del recinto porteño comenta, a modo de recomendaciones, cómo podemos trabajar en nuestro autocuidado “lo principal es poder tener un espacio durante el día donde uno pueda estar tranquilo. Es decir, espacios de serenidad, eso puede ser, por ejemplo, apagar todos los artefactos eléctricos o electrónicos y quedarse cinco minutos reposando y sin hacer nada más que descansar. Muchas veces no nos permitimos la desconexión. Seguimos pensando las cosas y con la mente activa todo el tiempo y no nos permitimos estar un momento en pausa y eso ayuda mucho”. Asimismo, el profesional de salud mental refuerza la relevancia de comunicarse con otras personas, sin importar el canal que se utilice para ello. “No importa si es por teléfono o por otro medio, lo que importa es compartir lo que uno está sintiendo, es decir, no quedarse con las cosas adentro, ya que eso genera mucha angustia. Hay que darle el lugar que corresponde a las cosas. También es bueno hacer alguna actividad o distraerse en la medida de lo posible”, puntualizó Guerra.

Un grupo que se ha visto impactado de gran manera por su condición de riesgo, son las personas mayores. En este sentido es de gran importancia el poder educar, orientar y supervisar a este grupo de la población para que todas sus acciones vayan dirigidas a mantener o mejorar su estado de salud, así como prevenir enfermedades o complicaciones de estas. Desde la Unidad Geriátrica de Agudos del nosocomio, señalan que existen muchas tácticas que la población mayor puede adoptar para mantener o mejorar su autocuidado, como por ejemplo: realizar actividad física, alimentarse de forma saludable, mantener actitud positiva, seguir su tratamiento médico de forma ordenada, establecer rutinas para las tareas diarias, permanecer comunicados con familiares u otras redes de apoyo. Este último punto es muy importante ya que va a permitir pesquisar problemas o necesidades de la persona mayor, por tanto, se recomienda que la comunicación con la familia se realice al menos 3 veces al día, ya sea a través de llamadas, mensajes de texto o idealmente videollamadas. Todo esto se debe ajustar siempre a las posibilidades de cada persona y familia. Al respecto, Daniela Silva, enfermera jefa de la Unidad Geriátrica, refuerza que “cada persona mayor, junto a su círculo más cercano, deben adaptar estas estrategias a su realidad, considerando por ejemplo, grado de autovalencia, presencia de red de apoyo, ubicación geográfica, acceso a servicios básicos y de salud, conectividad, entre otros aspectos”.