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4 de abril de 2024

Casi 2 mil niñas y niños TEA han utilizado la sala de espera exclusiva del Hospital de Coquimbo

El espacio se encuentra en la Unidad de Emergencia del recinto asistencial y brinda un ambiente acogedor y amigable, cuidando además las condiciones de ruido y ambiente.

Pizarras, libros para pintar, lápices de colores, retazos de género y juguetes, son solo algunos de los implementos con los que cuenta la “Sala de la Calma”, espacio exclusivo para niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), que cumple un año de funcionamiento en la Unidad de Emergencia del Hospital de Coquimbo. Hasta la fecha, casi 2 mil usuarios y sus familias han podido conocerla, encontrando en ella un ambiente más acogedor y adaptado a las condiciones de ruido y ambiente que habitualmente se presentan en una sala de espera común.

Marisol Castillo es una de las usuarias que pudo conocer de cerca la importancia que este espacio tiene para la comunidad neurodiversa. Su nieto de 10 años tiene TEA en grado 1 y hoy sufrió una leve caída, por lo que juntos acudieron a la urgencia del recinto asistencial a evaluación y toma de radiografías.

“Lo encontré extraordinario para los niños con Autismo, otras veces uno tiene que esperar afuera y ellos se descompensan más, se ponen mucho más ansiosos, entonces me gustó este sistema que están optando acá en el hospital. El comportamiento de él acá es totalmente diferente, porque en las otras salas se pone mucho más ansioso, porque no puede estar mucho rato en un espacio, esperando tanto tiempo, menos con muchas personas”, explicó Marisol.

Ella detalla que apenas llegaron al establecimiento, tomaron sus datos y le comentaron que estaba este espacio para su nieto. “No conocíamos la sala y se entretuvo un rato y estuvo tranquilo. Hizo un dibujo y además se puso a jugar con los camiones”, agregó.

Piara Espinoza, enfermera jefe de la Unidad de Emergencia del Hospital de Coquimbo, explica que justamente el objetivo del espacio es disminuir los estímulos que se encuentran en una sala de espera tradicional, para que así los pacientes puedan continuar con el flujo de atención, pero en un sector pensado en sus necesidades. “Sabemos que estamos en un establecimiento aledaño a una carretera y a contaminación acústica, lo que perjudicaba aún más el bienestar de nuestros pacientes dentro de la unidad, entonces el objetivo principal era poder otorgarles un espacio único, lejano a estos estímulos, donde pudieran encontrar la tranquilidad y la calma en una sala de espera diferenciada”, señaló.

En este primer año de implementación, Piara destaca que la recepción de pacientes y familiares en la unidad ha sido muy buena y es algo que se puede observar a diario. “Es súper gratificante ver la respuesta tan positiva y alentadora, y eso también nos permite seguir pensando en otras estrategias de atención diferenciada. Actualmente, tenemos un promedio diario de 3 a 5 pacientes que utilizan esta sala de espera diferenciada, por lo que el llamado es a seguir visibilizando a la comunidad este espacio para que así lo integren e informen al profesional de enfermería que sus hijos mantienen este diagnóstico”, invitó.

Ya suman cuatro estrategias al interior del hospital y el objetivo es seguir creciendo

Jaqueline Aranda, subdirectora de Gestión del Cuidado del Hospital de Coquimbo, comenta que desde el recinto asistencial se han preocupado por generar espacios que permitan acoger a los usuarios de una forma más integral. Esto significa no solo dar respuesta al problema de salud que los aqueja, sino que también responder a las necesidades de su condición como como ser humano.

Para hacerlo, en esta primera “Sala de la Calma” recibieron el apoyo de profesionales de Neurología Infantil, quienes guiaron el proceso para diseñar un espacio que pudiera satisfacer estos requerimientos, que son más exigentes y diferentes, pero que en la práctica han hecho que los mismos pacientes lo destaquen y entren en sintonía con el lugar. Así ocurrió en el caso de Marisol, ya que fue su propio nieto quien, tras la toma de la radiografía, se abrió camino para llegar nuevamente hasta este espacio de calma.

“La experiencia ha sido tremendamente positiva y eso nos motivó a desarrollar otras estrategias más cercanas en conexión con las necesidades de las personas. Por ejemplo, implementamos áreas infantiles de espera el Servicio de Especialidades Odontológicas, en Pediatría y en Cirugía Ambulatoria, las que han sido tremendamente valoradas por los pacientes, pero también por el equipo de salud. Eso además lo hemos visto externamente, porque desde otros hospitales nos han llamado para asesorar y orientar a los distintos servicios, a quienes hemos compartido nuestra experiencia. Creo que eso también nos ha constituido como un referente no solo a nivel local, sino también regional y a nivel país, donde también hemos sido convocados a algunas reuniones”, indicó la subdirectora de Gestión del Cuidado.

En total, en el Hospital de Coquimbo ya se han implementado cuatro estrategias de espera diferenciadas para niños y niñas, y muy pronto esperan continuar creciendo hacia otras áreas. El objetivo, es que la comunidad sepa que en el Hospital de Coquimbo no solo se les va a entregar una atención médica de alto nivel, sino que además sienta que sus equipos están preocupados de hacerlo desde una mirada más integral y humana.