Fonoaudiólogos del Hospital de Coquimbo y el desafío de la rehabilitación de sus pacientes
Diversas son las áreas que abarca la rehabilitación de pacientes que han sido expuestos a elementos invasivos producto de su hospitalización como la ventilación, el tubo endotraqueal, traqueostomías u otros procedimientos o patologías que afectan sus capacidades de comunicación, lenguaje, habla, deglución o alimentación.
Son múltiples los desafíos que la pandemia por Covid-19 ha puesto en el camino de los equipos de salud. Es el caso de los fonoaudiólogos del Hospital San Pablo pertenecientes a la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación. Profesionales que trabajan para potenciar la alimentación segura de sus usuarios, la comunicación de pacientes con vía aérea artificial o usuarios afásicos producto de un accidente cerebro vascular; evitar la neumonía aspirativa (cuando la secreción o alimento pasa al pulmón); la desnutrición; deshidratación u obstrucción de la vía aérea en el proceso de alimentación y, buscar mejoras en la calidad de vida de los pacientes son algunos de los beneficios que ha generado la incorporación de los fonoaudiólogos en la atención de pacientes en todos los servicios clínicos del hospital porteño.
Y es que son diversas las áreas que abarca la rehabilitación de pacientes que han sido expuestos a elementos invasivos producto de su hospitalización como la ventilación, el tubo endotraqueal, traqueostomías u otros procedimientos o patologías que afectan sus capacidades de comunicación, lenguaje, habla, deglución o alimentación.
Un rol que antes de la pandemia era realizado por un equipo de cinco fonoaudiólogos hoy ha debido duplicar su dotación para enfrentar un aumento en la demanda y a pacientes con diversas complejidades, que han requerido de la implementación de nuevas estrategias de atención, en cuanto a la tecnología y cuidados, para una mayor factibilidad de recuperación y en un tiempo más acotado.
Así relata Felipe Jiménez, fonoaudiólogo de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital de Coquimbo, quien desde hace cuatro años se desempeña en la atención de paciente crítico. “Nosotros atendemos al paciente desde el inicio de su hospitalización. Desde las unidades críticas, tanto adulto como pediátrico y continuamos la rehabilitación en los diferentes servicios clínicos para finalmente ver su evolución de manera ambulatoria en el policlínico y también en la atención domiciliaria”.
500 días de desafíos
Respecto de los cambios que se han debido enfrentar durante estos más de 500 días de pandemia, el fonoaudiólogo señala que “como equipo hemos realizado un arduo trabajo desde el inicio de la pandemia. Con altos y bajos nos hemos enfrentado a diferentes tipos de pacientes. Identificando cuáles son los daños que se han generado producto de los elementos invasivos que se utilizan en la atención de paciente crítico, como el ocasionado por el tubo y la ventilación o la traqueostomía, tanto para hablar como para el proceso de la alimentación”.
En este sentido, según expresa Jiménez, uno de los mayores desafíos ha sido para los fonoaudiólogos que no estaban acostumbrados a ver este tipo de pacientes, y que han debido capacitarse sobre la marcha en esta área. “Además hemos debido seleccionar insumos con características más especificas y tecnología más avanzada, por ejemplo, en el caso de válvulas o cánulas. Esto con el fin de mejorar los procesos y lograr que el paciente se pueda comunicar y alimentar en menor tiempo”.
Cuenta, además, que han recibido retroalimentación de pacientes que refieren que durante su hospitalización es un momento muy especial para ellos cuando pueden volver a hablar con sus familias o comer. Y es que, según comenta el profesional, esta pandemia ha afectado a muchas personas que antes de su hospitalización eran totalmente funcionales y al perder estas capacidades han visto impactada de gran manera su calidad de vida. “Por lo tanto, el poder lograr la recuperación al cien por ciento es un proceso largo y que muchas veces genera frustración, tanto del paciente como de su entorno. Por eso uno intenta acompañar y entregar la mayor cantidad de herramientas para lograr al máximo esta recuperación. Por eso el momento en que vuelven a hablar o a comer como lo hacían antes de la hospitalización es muy especial y es el inicio de su proceso de rehabilitación”.
Es por ello que, para fortalecer la recuperación de los pacientes una vez finalizado su proceso de hospitalización, el Hospital San Pablo habilitó el policlínico de fonoaudiología para paciente adulto e infantil, donde se tratan patologías que no se veían antes y que se han intensificado en el contexto de la pandemia. Donde los pacientes asisten de manera ambulatoria a sus sesiones de recuperación fonoaudiológica para mejorar lo que quedo pendiente en materia de comunicación, lenguaje o alimentación.
“Este trabajo en equipo requiere una intervención continua, desarrollando distintas estrategias y habilidades para suplementar o favorecer una alimentación segura en los pacientes. La recuperación de ellos se logra gracias al trabajo transdisciplinario de los profesionales de nuestro hospital”, señaló Felipe Jiménez encargado de fonoaudiología del Hospital de Coquimbo.