La magia de los colores inundan las paredes de la UCI Pediátrica de Coquimbo
Son 12 las salas de hospitalización y espacios comunes, donde se desarrolla esta idea artística, que busca por medio de la pintura, traer a estas paredes la fantasía de la niñez y todo lo que los ellos pierden al encontrarse hospitalizados. Cada una de las salas y murales está diseñado por un artista visual y/o muralista diferente perteneciente a EDUCARTE La Serena.
La hospitalización de un niño no es algo normal en su ciclo vital y tampoco lo es para su entorno. En estos casos, es siempre una situación de mucha angustia, incertidumbre, estrés y desesperación. A través del Arte-terapia la Unidad de Paciente Crítico Pediátrico del Hospital San Pablo, desarrolló un proyecto que forma parte de las estrategias de humanización de la unidad, con el fin de contribuir a disminuir síntomas, canalizar emociones y ayudar a los pacientes más pequeñitos y sus familias a adaptarse a este tipo de experiencias.
Este proyecto está siendo desarrollado por 16 artistas regionales y sus ayudantes, que se han sumado a esta iniciativa, de forma desinteresada. Plasmando diseños propios, que van desde el fondo del océano hasta el espacio, mediante diferentes técnicas.
La UCI Pediátrica del hospital cuenta con 12 salas de hospitalización donde admiten pacientes pediátricos que cursan con una condición clínica grave de entre 1 mes y 14 años de vida. Ellos pueden ser residentes en la Región de Coquimbo y/o pacientes neuroquirúrgicos críticos de la Región de Atacama, por lo tanto constituye una unidad de derivación regional de mediana complejidad. Ante esta situación, surge la necesidad de reflejar la preocupación y cuidado de los profesionales, a través también de los colores y la fantasía, que permitan a estos pequeños, alejarse de las paredes blancas y frías, que muchas veces se transforma en su hogar por largo tiempo de sus vidas.
“Esta es una iniciativa que aporta a sensibilizar más nuestro trabajo, no solo desde el punto de vista técnico, sino que también desde lo emocional. Esta estrategia de humanización para nosotros tiene varios pilares, donde uno de ellos es la infraestructura amigable. A esto se suma el tener UCI puertas abiertas; mejorar la comunicación con los padres y familia; reducir el síndrome post UCI, que está relacionado con las secuelas que quedan para el paciente y sus familias; e incorporar a hermanos y abuelos en la rehabilitación y en el cuidado. Sabemos que una enfermedad es algo abrupto que puede sacar de la raíz a toda una familia de su entorno y queremos que esto sea lo menos terrible que se pueda. Si bien tratamos patologías graves, queremos tratar de que el niño no se sienta tan desarraigado de todo su mundo. Esto sabemos, y está comprobado, que suma beneficios a la recuperación de su salud”, señaló la doctora Marcela Astorga, médico jefe de la UCI Pediátrica.
En muchas ocasiones un niño despierta de una sedación prolongada en este ambiente hostil para él. Rodeado de personas que desconoce, máquinas y paredes blancas. Hoy, esta realidad cambió. Los colores y la magia del arte se unen a la salud como parte de la terapia de recuperación. Así lo ha sentido Ximena Retamales, mamá de la pequeña Sofía. “Esto nos acoge un poco más. Nos trae un poquito más de felicidad y le permite al niño conocer cosas que quizás no van a poder ver. Ahora es todo más lindo. El cambiar de las piezas blancas a esto llenó el lugar de alegría. Yo creo que hasta la misma Sofía está más alegre con todas las cosas que puede ver acá”.
Asimismo, esta nueva cara de la unidad, ha permitido dar calidez al ambiente laborar de quienes entregan los cuidados a los pacientes durante las 24 horas del día. “Esto nos ha cambiado la forma de venir a trabajar. Cambia el ánimo del equipo, especialmente cuando estamos en situaciones de estrés, que es lo que acá vivimos a diario”, señaló Mónica Galleguillos, enfermera jefe de UCI Pediátrica del Hospital de Coquimbo.
La magia del trabajo colaborativo
La iniciativa que surge desde el área de enfermería de la UCIP el año 2018, comenzó a concretarse, a través del trabajo colaborativo con EDUCARTE La Serena – organización sin fines de lucro de profesores de arte y artistas visuales de la región- y donde gracias a la autogestión, fue posible contar con la donación de empresas nacionales y regionales, de las pinturas utilizadas, las que cumplen con los estándares de calidad establecidos para el control de IAAS (Infecciones Asociadas a la Atención de Salud) y los implementos para los trabajos plasmados por los 16 artistas regionales y sus ayudantes, que se han sumado a esta iniciativa, de forma desinteresada. “Gracias a mucha gente que ha apoyado este proyecto, hoy podemos ver estos resultados. Una pieza fundamental ha sido EDUCARTE La Serena, con quienes nos asociamos ya que gran parte de los muralistas pertenecen a esta organización y además, a través de ella, se lograron las donaciones de implementos y las pinturas que cumplieran con los estándares de salud necesarios”, comentó María Ignacia Guthrie, enfermera gestora del proyecto.