MATRONES SE CAPACITAN PARA FOMENTAR EL BUEN NACER
En el marco de la Semana Mundial del Parto Humanizado, que se desarrolla entre el 13 y el 20 de mayo, las matronas y matrones del Servicio de Obstetricia y Ginecología, participaron por segundo año consecutivo en una jornada para ampliar sus conocimientos en técnicas de alivio del dolor no farmacológicas, ejercicios prenatales y para prepartos. Así como también en lo fundamental que es la conexión con las emociones para propiciar un buen nacer.
De acuerdo a lo planteado por la Unicef, el término «parto humanizado» o «parto respetado» hace referencia el respeto a los derechos de las madres, los niños, niñas y sus familias en el momento del nacimiento. Promoviendo la consideración a las singularidades de cada familia, religión, etnia, nacionalidad, entre otros. Disminuyendo las intervenciones pero aumentando el acompañamiento, a través de la toma de decisiones seguras e informadas. El parto respetado implica generar un espacio familiar donde la mamá y el recién nacido/a sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible.
Cuando hablamos de parto respetado, también nos referimos que la mujer siga su propio pulso de parto evitando todo tipo de intervenciones innecesarias, así como a decidir la forma de controlar el dolor durante el parto.
En este sentido, y con el fin de potenciar la atención personalizada e integral que se entrega actualmente a las gestantes en el hospital porteño , se llevó a cabo esta capacitación, a cargo de Yolanda Ortiz Rojas, Kinesióloga especialista en embarazo, posparto y educadora prenatal del Centro Médico a Ayukewun de La Serena. » El buen nacer de nuestros niños es muy importante, ya que va a determinar y desarrollar conductas a futuro. El buen nacer ayuda incluso a desarrollar su propio cuerpo. Desde tejidos internos que se reubican, hasta contribuir a la buena relación con la madre y fortalecer este apego».
La importancia del parto respetado, bien lo saben los profesionales del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital San Pablo, quienes han logrado ampliar esta atención integral, también a las gestantes que por algún motivo terminan teniendo un parto por cesárea, pero que hoy pueden optar a un apego precoz en pabellón y en post operado para lograr el vínculo con su recién nacido y fomentar la lactancia.
«Como matronas y matrones nos fortalece y nos refuerza el sentido de nuestra labor, ya que, somos los principales compañeros de nuestras gestantes. Donde las apoyamos, contenemos y guiamos en este camino muchas veces doloroso y lleno de temores, pero donde tenemos la convicción que tiene que primar el amor y somos nosotros los afortunados de presenciar día a día el nacimiento de estas nuevas vidas. En este sentido, buscamos aportar a su nacimiento con un ambiente de tranquilidad, seguridad y amor. Está comprobado que un nacimiento en estas condiciones ideales será fundamental en el desarrollo de este recién nacido. Es por esto que constantemente estamos trabajando para lograr satisfacer las distintas necesidades de las madres, pero donde también educar a nuestra población femenina en general es un pilar fundamental», expresó Mariely Pinto, matrona Gestora de los Cuidados de la Matronería del Hospital de Coquimbo.